domingo, 20 de diciembre de 2015

HÉCTOR TIZÓN - RELATOS

"Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito..."
                                                                                                    Antonio Machado.        


    Héctor Tizón (escritor, periodista, abogado y diplomático), nació en Rosario de la frontera, provincia argentina de Salta, el 21 de octubre de 1929, y murió el 30 de julio de 2012 en Yala, Jujuy. Fue cónsul en Milán (Italia), y agregado cultural en México, donde se vinculó con los escritores Juan Rulfo, Ernesto Cardenal y Augusto Monterroso, entre otros. Viajó por el mundo como embajador y también como exiliado, aunque su lugar preferido estaba en la provincia de Jujuy. Publicó su primer libro de relatos en el año 1960 en México, titulado: "A un costado de los rieles". De este libro, los cuentos 'El llamado", y "Caballo viejo" son de los relatos que todo buen narrador quisiera haberlos escrito. Su obra fue traducida a los idiomas: francés, inglés, ruso, polaco y alemán. Abandonó la diplomacia en 1962, y regresó a su país para ocupar por breve tiempo un cargo público. Como escritor recibió varios premios, tales como el Gran Premio de Honor de la Sociedad argentina de Escritores, y del Fondo Nacional de las Artes; fue declarado ciudadano ilustre y recibió una medalla por su obra, labor y virtud de su extensa obra de gran importancia para la literatura universal. En Francia, lo distinguieron con la condecoración de Caballero de la orden de las Artes y las Letras, en 1996. Las historias contadas por este magnífico escritor, exceden cualquier regionalismo y folclore, y se centran en los problemas universales del hombre. Dijo Tizón sobre la forma de creación de sus cuentos: "generalmente un cuento se me da por medio de la imagen, no algo que veo con los ojos, sino una imagen que puedo prever, una imagen mental. El otro camino puede ser una frase cualquiera". Y sobre su oficio, el escritor habló de "herramientas que están en los almacenes universales del arte de escribir, y algunas que me he fabricado yo mismo adaptándolas a otras". Entre la novela y el cuento, Tizón prefería la intensidad y el límite propio del cuento, donde pareciera querer verter toda su potencia narrativa, no tanto en el argumento sino en la atmósfera, haciéndolo con parquedad magistral, en absoluto presuntuosa, sin derroche de palabras, contando la historia como si las palabras pudieran herir al lector, sin abusar de ellas. Su producción literaria en narrativa, novela y ensayo tiene dos momentos, antes y después de su exilio en España (donde trabajó en editoriales, diarios y revistas) destacándose entre otros títulos:: Cuentos completos, El viejo soldado, La casa y el viento, A un costado de los rieles, El cantar del profeta y el bandido, Sota de bastos, caballo de espadas, El hombre que llegó a un pueblo. Fuego en casabindo, Memorial de la puna, El traidor venerado, El resplandor de la hoguera, No es posible callar, El gallo blanco, La belleza del mundo.