domingo, 28 de octubre de 2007

Historia Terminada

Hoy me puse a escribir y prácticamente finalizé el cuento que tenía ayer en preparación. ¿Inspiración repentina o simplemente voluntad de lograrlo? Talvez una mezcla de ambas cosas. Lo cierto es que creo - porque uno nunca sabe - que me quedó muy bien al punto que ya estoy escribiendo otra historia, diferente en todo de la anterior, pero muy interesante.
Tengo todo el argumento en mi imaginación. Pero hay que escribirlo y seguramente corregirlo bastante. Pulir, burilar, en fin, todo lo que hace a esta apasionante tarea de escritor.
Estoy contento, estoy en un proceso creativo nuevo. ¿Que más?

sábado, 27 de octubre de 2007

Cuento en preparación

El Padre Telmo (Fragmento)
El Padre Telmo terminó de alinear los bancos largos de madera oscura a uno y otro costado del interior del salón de la parroquia, y entró a la oficina. En la pieza pequeña donde había una mesa, un par de sillas y algunos estantes con papeles desordenados contra una de las paredes sin revoque y encaladas, tomó el cofre de metal pintado de verde ofuscado, lo abrió y contó y recontó los dineros. Comprobó que no le quedaba sino lo esencial, quizás poco para afrontar los gastos del mes ya comenzado. . .

viernes, 26 de octubre de 2007

Mis Apuntes

Ya puedo - si termino de pasar en limpio mis borradores, y dejo de corregir una y otra vez las cosas que escribo a diario, y si me propongo a encontrar alguna editorial - publicar y lanzar al juicio de los lectores, un libro de poesías y otro de historias cortas. Pero mi gusto creativo va postergando dar a conocer lo que creo que no me pertenece, es decir, mi obra inédita.

Tengo una serie de cuentos breves terminados. Los leo y los releo y me parece que están bien escritos. He leído la mayoría de los autores de este género. Ninguno me ha influenciado, y a decir verdad, sin falsa modestia, me quedo con lo mío, que espero que pronto sea también de los demás.

Además, tengo empezadas una cantidad de narraciones, la mayoría de las cuales he dejado por la mitad, talvez en la certeza de que en cualquier momento que me decida, puedo terminarlas; pero lo cierto es que debo dejar esa comodidad de lado y ponerles punto final como corresponde. Aunque no resulta fácil escribir cuentos breves, tengo la certeza que es mi género favorito, al punto que algunos de ellos son intensos y ocupan una cuartilla, a lo sumo una y media, y es lógico que otros tienen mayor extensión sin perder su condición de breves.

Todos son diferentes y no guardan relación entre sí. Es un ejercicio apasionante de la creación literaria. Me gustaría levantarme para escribir y dejar de hacerlo solamente en horas de la madrugada de cada día. Pero otras obligaciones hacen de este deseo una cosa difícil de ser lograda.

Amo nuestra lengua castellana, las palabras, todo lo que tenga que ver con nuestro idioma (el buen idioma escrito o hablado). Me gusta dialogar de literatura pero solo lo hago cuando por ventura encuentro buenos interlocutores.

Nada me es más chocante al oído que las palabras expresadas de manera chabacana, con mala dicción, pero no censuro nada de eso, tan solo esas situaciones refuerzan mi certeza de que existen personas en todas partes que tienen un pensamiento similar con relación a nuestro idioma.

Escribo a mano, por el placer de saber que estoy realmente escribiendo. Es más trabajoso; no acostumbro arrancar las hojas de la libreta si debo corregir. Acostumbro a comenzar nuevamente todas las veces que sean necesarias, y cuando la obra está terminada, la paso en limpio en la misma libreta y siempre a mano. Así están las cosas por ahora. Creo que es tiempo de hacer un alto en la creación y ordenar como se debe mis textos. En eso estoy.